Karla Villegas
En la obra Estética de la Información, Bense
pretende integrarse a la teoría de la ciencia. En el prólogo de la publicación
en cuestión se advierte un carácter científico que intenta superar ese
cisma entre las ciencias del espíritu y las ciencias naturales, partiendo
del aspecto artístico tecnológico. Sus reflexiones son concebibles únicamente
en el marco histórico del mundo tecnológico y científico técnico, que
se circunscribe a los avances de su época.
La estética de la información tiene como ramas
principales la estética semiótica y la estética numérica e informacional.
La primera tiene como puntos de referencia y de partida, la obra de
Charles Sanders Pierce y la transposición de los conceptos al campo
estético de W. Morris. Pero fundamentalmente Bense se interesó más por
el trabajo de Pierce ya que considera su filosofía como premisa de la
civilización científico técnica. El sistema semiótico utilizado por
Bense se amplía con los conceptos y métodos de la cibernética, teoría
de la información y comunicación, teoría del repertorio, álgebra de
los conjuntos, es decir, todo aquello que constituye la base de lo que
Bense llamará estética numérica.
La estética de la información tiene la función
de caracterizar los estados estéticos que se observan en los objetos
artísticos, obras de arte y de diseño, a través de valores numéricos
y clases de signos. Es decir, estos objetos serán traducidos por Bense
como información estética. Esta nueva concepción estética obtuvo, en
un inicio, sus bases en algunos trabajos elaborados por el matemático
americano G.D. Birkhoff, más tarde dichos trabajos fueron altamente
complementados por las investigaciones realizadas por Abraham Moles
y un equipo de colaboradores de Stuttgart. Esta concepción logra conjugar
por un lado, puntos de vista semióticos y por otro, los teórico informacionales,
su finalidad fue ofrecer una descripción objetiva de los estados estéticos.
Por esta época, algunos artistas realizaron experimentos
en donde se integraban la gráfica y la computadora, esto de alguna manera,
amplió y perfeccionó la teoría original. Ellos introdujeron la moderna
concepción numérica de la estética en los dominios de la técnica de
la computadora. Estos son algunos ejemplos de aquellos experimentos
artísticos que se realizaron casi paralelamente al desarrollo de este
supuesto de Bense: A manera de resumen, explicaremos que esta estética
es una teoría de los estados estéticos, es decir, aquellos que se encuentran
intrínsecos en ¨facticidades¨ de orden natural, artístico y técnico.
Estos pueden ser objetos o sucesos. Para Bense, estos estados comprenden
todas aquellas propiedades que se desprenden de estas ¨facticidades¨
y que habitualmente las designamos con expresiones cualitativas. Dichas
expresiones más que describir el objeto y el suceso, hacen referencia
a las sensaciones que el sujeto percipiente tiene frente a ellas. Sin
embargo para Bense una teoría objetiva de los estados estéticos sólo
debe comprender y describir inicialmente lo que aparece en el objeto
o suceso dado y no en la sujeción. En este sentido la propuesta de Bense
se concreta en pensar esta estética como una estética material, en la
que se aspira a una teoría de los objetos reales, los cuales serán diferenciados
por los estados estéticos.
Por otro lado, a pesar de que no interese en
forma alguna en la tesis de Bense una estética interpretativa desde
el sujeto, sí se establece como constatación y descripción de estos
estados, la fijación de una relación determinada con el mundo, de una
relación sujeto - objeto, que será abordada sólo como una relación de
comunicación. Este punto Bense lo desarrollará a partir del estudio
y aplicación de los medios semióticos. En suma, la propuesta estética
de Bense no puede ser calificada como filosófica, ya que en ella predominan
consideraciones matemáticas y tecnológicas. Es por ello que Bense piensa
en esta estética, más que matemática o tecnológica, como una estética
científica, en donde no sólo se desempeñan ideas y concepciones que
pertenecen a la matemática sino que también participan algunas ideas
de la teoría de la información, de la teoría de las señales y de la
investigación de sistemas computacionales. La
estética de Bense alcanza relevancia histórica por ser tal vez el exponente
de toda una serie de tendencias del arte plástico y literario, que se
engendraron en su época, y que hoy nos aproxima a una problematización
de lo que ya se constituye, a partir de esas tendencias, como arte electrónico.