La historia presenta pocos ejemplos de un movimiento social
de la profundidad del que estalló en Francia en la primavera
de 1968; al menos no han habido ninguno en el que tantos cronistas se
han puesto de acuerdo para decir que era imprevisible. Esta explosión
ha sido una de las menos imprevisibles de todas. Resulta, sencillamente,
que jamás el conocimiento y la conciencia histórica habían
sido tan mistificados.
Los situacionistas, por ejemplo, que habían denunciado y combatido
la "organización de las apariencias" en la fase espectacular
de la sociedad mercantil, habían previsto muy exactamente desde
hace muchos años la explosión actual y sus consecuencias.
La teoría crítica, elaborada y difundida por la Internacional
Situacionista hacía constar fácilmente, como condición
previa a todo programa revolucionario, que el proletariado no había
sido abolido, que el capitalismo continuaba desarrollando sus alienaciones;
que en todas partes donde existe este antagonismo permanece el problema
social planteado desde hace más de un siglo; que este antagonismo
existe en toda la superficie del planeta. La I.S. explicaba el análisis
y la concentración de las alienaciones por el retraso de la revolución.
este retraso derivaba de una forma manifiesta de la derrota internacional
del proletariado desde la contrarrevolución rusa y de la continuación
complementaria del desarrollo de la economía capitalista. La
I.S. sabía muy bien, como tantos obreros privados de la palabra,
que la emancipación de los trabajadores tropieza en todas partes
y siempre con las organizaciones burocráticas que son su representación
autonomizada: burocracia constituida en clase, en Rusia y, subsiguientemente,
en otros países, por su apropiación del poder estatal-totalitario;
o bien, estrato social de cuadros privilegiados, sindicalistas o dirigentes
de partidos al servicio de la burguesía moderna que trabajan
para integrar en la gestión racional de la economía, la
fuerza de trabajo de los que ellos erigen como agentes. Los situacionistas
hacían constar que la falsificación permanente necesaria
para la supervivencia de los aparatos burocráticos, falsificación
dirigida en primer lugar contra todos los actos y todas las teorías
revolucionarias era una pieza maestra de la falsificación generalizada
en la sociedad moderna. También habían reconocido y se
habían ocupado en alcanzar las nuevas formas de subversión,
cuyos primeros signos se acumulaban, y que comenzaban confusamente a
poner en claro, de las condiciones opresivas unificadas, la perspectiva
de una crítica total. Así los situacionistas sabían
y demostraban la posibilidad y la inmanencia de un nuevo comienzo de
la revolución. Estas perspectivas a muchos les parecían
paradoxales, incluso dementes. Ahora lo hemos visto. La palabra "situacionismo"
jamás empleada por la I.S., que es radicalmente hostil a todo
establecimiento doctrinal de una ideología, ha sido constantemente
manejada por la prensa y combinada por las más fantásticas
definiciones: "vanguardia del movimiento estudiante", 20 Ansde
junio de 1968, técnica del "terrorismo intelectual"
para Le Journal de Dimanche del 19 de mayo, etc. A pesar de la evidencia
de un desarrollo por parte de la I.S. del pensamiento histórico
procedente del método de Hegel y Marx, la prensa se ha ocupado
en asimilar los situacionistas al anarquismo. La definición de
Carreforu del 8 de mayo, "más anarquistas que los anarquistas,
que ellos encuentran demasiado burocráticos", es el modelo
del género.
Cuando la Internacional Situacionista formuló una teoría
coherente de esta realidad, demostró al mismo tiempo la negación
en la realización conjunta del arte y de la filosofía,
en la liberación de la vida cotidiana[2]. Lo que así era
radicalmente nuevo encontraba también la vieja verdad del movimiento
proletario provisionalmente reprimido. El programa actual vuelve a descubrir
a un nivel superior el proyecto de la abolición de las clases,
del acceso a la historia consciente, de la construcción libre
de la vida; y vuelve a descubrir la forma de los Consejos Obreros como
medio.
Las barricadas y los cocktails Molotov de los estudiantes de Berkeley,
los mismos que habían lanzado la agitación universitaria
tres años antes, respondieron al final de junio. A mediados de
mayo se formó una organización revolucionaria entre la
juventud austríaca con este simple programa: "Hacer como
en Francia." Al final del mes tuvieron lugar ocupaciones de locales
en Alemania, Estocolmo, en Bruselas y en Londres por la Escuela de Bellas
Artes de Hornsey. El 31 de mayo se levantaron barricadas en Roma. En
junio, los estudiantes de Tokyo, siempre tan combativos, y dispuestos
a transformar el barrio de las universidades en "Barrio Latino"
ocuparon sus facultades y las defendieron contra la policía.
Ni siquiera Suiza fue perdonada: los días 29 y 30 se desencadenaron
motines en Zurich; centenares de manifestantes, provistos de adoquines
y de cocktails Molotov, tomaban al asalto el cuartelillo principal de
la policía. "Las violentas manifestaciones de Zurich, señalaba
Le Monde del 2 de julio, han provocado un cierto estupor. Muchos suizos
creían su país al abrigo del movimiento de protesta que
afluye sobre Europa han sido perturbados en su sosiego." La lucha
en los países capitalistas han reactivado naturalmente la agitación
de los estudiantes contra los regímenes dictatoriales y en los
países sub-desarrollados. Al final de mayo hubo enfrentamientos
muy violentos en Buenos Aires, en Dakar, en Madrid y una huelga de estudiantes
en el Perú. En junio los incidentes se extendieron al Brasil;
en Uruguay -donde debían culminar en una huelga general-; en
Argentina, en Turquía, donde las universidades de Estambul y
Ankara fueron ocupadas y cerradas sine die y hasta en el Congo donde
los alumnos de segunda enseñanza exigieron la supresión
de los exámenes. La más importante de las consecuencias
inmediatas del movimiento francés fue una primera conmoción
del poder de las clases burocráticas en Europa del Este, cuando
los estudiantes yugoslavos, al principio de junio, ocuparon la Universidad
de Belgrado. Los estudiantes formaron comités de acción;
denunciaron la propiedad burocrática sobre la sociedad; reivindicaron
la autogestión auténtica como libertad y como abolición
de clases; votaron el mantenimiento de la denominación de "Universidad
Karl Marx". Se dirigieron a los obreros: "Estamos indignados
por las enormes diferencias sociales y económicas en nuestra
sociedad... Estamos por la autogestión, pero en contra del enriquecimiento
de los particulares a expensas de la clase obrera". Su movimiento
encontró una gran aprobación entre los obreros. Como en
la Sorbona, "varios obreros tomaron igualmente la palabra en un
interminable mitin en la facultad de filosofía en donde los oradores
se relevaban sin cesar en medio del entusiasmo general" (Le Monde,
7 de junio). El régimen se vio amenazado de muerte. La autocrítica
demagógica y las concesiones lacrimosas de Tito, que hablaba
de irse si no llegaba a satisfacer las justas reivindicaciones enunciadas,
hacen ver la debilidad de la burocracia yugoslava y su pánico.
Ya que sabe muy bien que las reivindicaciones radicales del movimiento,
cualquier juego momentáneo que hayan dejado al personaje de Tito,
significan nada menos que su liquidación como clase dominante
y la revolución proletaria que allí como en otras partes
vuelve al día. Las concesiones de los burócratas se acompañaron
clásicamente con la dosis de represión que podían
pagarse y con las acostumbradas calumnias que traducían la realidad
inversa de su ideología: la liga llamada de los Comunistas denunció
entonces a los "radicales de extrema izquierda... ávidos
de destruir el régimen democrático y la autogestión".
Incluso Le Monde (del 12 de junio) percibió que se trata "de
la más importante alerta que el régimen haya conocido
en el interior después de la guerra". 1
Desde entonces, la revuelta de los estudiantes mexicanos ha superado
en amplitud todas las demás respuestas a nuestro movimiento de
las ocupaciones. Se trata en el caso de México de un país
recién salido del subdesarrollo. (Nota añadida en octubre
de 1968. R.V.)*
* Los textos son tomados de la liga de
Alte ediciones sobre la Internacional Situacionista. http://www.altediciones.com/ash/is0000.htm