Tatlin at home


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Fotomontaje producido en 1920. En la pieza sobresale la atracción que su realizador Raoul Hausmann siente por Tatlin, artista al que sólo conocía por los artículos que se publicaban en la revista Nuevas tendencias artísticas en Rusia, sobre el Tatlinismo o el Arte de las Máquinas. En la pieza se logra indentificar arbitrariamente al artista ruso; la ocupación de la cabeza por las piezas del motor de un automóvil, o más a la derecha por la popa de un barco con su hélice; así el fotomontaje no es una exaltación de la perfección de la mecanización sino más bien su ambivalencia irónica. Esta imagen del hombre que no tiene más que cilindros, denota como éste se transforma en un autómata, símbolo del hombre mecanizado y la diferencia irónica. Según Marchán Fiz, la invocación del arte maquinista de Tatlin se resolvía en una provocación que lanzaba este principio antiespiritual y mecánico contra los vestigios de lo bello y lo verdadero, pues no en vano Hausmann situaba la "producción del espíritu y el arte en las fábricas" y esgrimía una idea que provenía del dadaísmo berlinés: "el clan comunista contra los ciudadanos y los intelectuales en la fábrica artística para la disolución del espíritu."