Escultura realizada
por el pintor y escultor neoyórquino Jacob Epstein (1880-1959).
Durante algún tiempo su obra retrataba la tensión entre
lo humano y la máquina. En esta pieza se trasluce su afección
por el maquinismo como una simplificación de las formas y una
coordinación un tanto robotizada de las masas. En la última
versión, Epstein refleja su desencantamiento con la era de la
máquina y la industrialización. La figura hoy, es presentada
como una víctima de la tecnología.